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jueves, 1 de agosto de 2013

La Luna en realidad es hombre.


La Luna en realidad es hombre, en el fondo muchos lo hemos sospechado siempre.

La Luna en realidad es hombre, porque sencillamente tiene más cosas de "macho" que de "hembra". Además es un hombre muy inteligente, un amante bandido...lo que pasa es que se disfraza con nombre de mujer, sólo para despistarnos. Engaña sobre todo a los demás hombres quienes lo creen femenino e inofensivo. Porqué creen señores que las mujeres en el fondo directa o indirectamente, piden que les regalen la Luna?

La Luna en realidad es hombre. De qué otra forma se podría explicar el porqué se despierta tarde por las mañanas y sale hasta que empieza a caer el Sol? Si lo ves de madrugada, es porque quiso hacer larga la noche. Durante el día con dificultad lo ves, él está por allí, en algún lugar, tal vez encerrado trabajando o durmiendo. Pero otra historia es por la noche, pues sale sólo sin miedo a lo que le pueda pasar, se asoma por tu ventana sin pedir perdón ni permiso. Un voyerista que le encanta espiar calladito sin que te des cuenta. Su fantasía es ser el testigo nocturno de siluetas, mareas, parrandas, pecados, desatinos, embrujos y una que otra aventura.

La Luna en realidad es hombre, porque no le da pena ser gordo, calvo y sin bronceo alguno. Se expone al mundo sin pudor alguno, con todo y sus defectos, se deja admirar y pavonea con toda su redondez, con todos sus cráteres y manchas. Sabe brillar el condenado de una forma muy interesante: no ciega ni deslumbra, pero nunca pasa desapercibido. Más bien su brillo nos seduce, nos enamora e ingenuas nos doblegamos a su mirada como dulces palabras en nuestros oídos. Aparece y desaparece cuando quiere. Por más que quieras en tu ventana una noche de "Luna llena" el condenado no se asoma si no le ronca la gana! 

La Luna en realidad es hombre, es un macho seductor cómo ninguno! La Tierra es su mujer más grande gorda y mandona: una alcahueta que le sabe todo y aún así no lo cuestiona, se hace la tonta y le perdona sus abiertas infidelidades, siempre y cuando él no se separe de ella. Las demás mujeres no somos más que sus amantes. Tan bien nos seduce y nos envuelve a todas, que nadie siente celos de ninguna. La Luna, también seduce a los hombres, claro! A pesar de la testosterona, los hombres, tienen siempre algo de femenino.

La Luna en realidad es hombre, ya que se cuida mucho de el Sol pues sabe que asolearse es cosa de mujeres. Él sabe que el día puede hacer que ellas se pongan escotes, minifaldas, ropa ajustada, tacones o bikinis, pero durante la noche es cuando se desnudan, dejando todo lo que sobra en aquel cesto de ropa sucia. Él, la Luna, tiene paciencia y sabe esperar el momento preciso para sorprenderte en la intimidad.

La Luna en realidad es hombre, o de qué otra forma se explica que en cuanto mengua se aburre o que de repente crece y crece e intempestivamente se vuelve a llenar. Una llenura que nos encanta, para que en cualquier momento de nuevo vuelva a menguar! Nunca se decide el desgraciado! y como cualquier otro hombre, repentinamente dice "no" y luego dicen que "si" y si un día se va, al otro día vuelve de nuevo.

La Luna en realidad es hombre, pues rara vez cambia de traje, suele usar el mismo y del mismo color. Si alguna vez cambia el "look" por uno más intenso, nos impresiona porque nos parece aún más grande, más interesante, más brillante, más guapo!

La Luna es el perfecto hombre. un sinvergüenza que nos arrastra con las mareas y nos llena de pasión, por eso nos encanta, nos envuelve y nos cautiva. Altera nuestro humor, las hormonas y las ganas. Las mejores noches de amor, son las noches en que la Luna anda de lleno, ya que si lo hacemos, en realidad lo hacemos con Él, en vez de hacerlo con ellos... sus congéneres.



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